Somos
estudiantes de segundo año de psicología de la Universidad Alberto Hurtado.
Les
damos la bienvenida a este pequeño espacio de análisis y reflexión social que
surge a raíz de la asignatura Problemas Psicosociales en Chile, por lo que, a
través de estas líneas, daremos lugar a una problemática de gran relevancia y
que se mantiene vigente en diversos ámbitos del acontecer nacional: la
estigmatización y criminalización de la juventud popular.
Constantemente
estamos en contacto con problemas sociales,
día a día lo vemos en todos lados, cuando es coartada la posibilidad de ser un sujeto activo en la
sociedad por medio de la discriminación o simplemente la indiferencia de
quienes son apartados por un sistema que no les acoge, cuando se mira por sobre
el hombro y apocan el valor social y cultural de un grupo o de alguien en
particular, le quitan su valor de ser persona, de ser ciudadano, de ser parte
de una cultura, de formar parte de un grupo. Se produce un problema social cuando alguien recibe menos que
el vecino, y peor aún, se juzga por dicha carencia, se le menosprecia y se le
llega a categorizar en un status más bajo; es por esto que somos enfáticos al
momento de develar como problema social la estigmatización y la criminalización
de las juventudes populares, ya que se cree que en América Latina, al igual que
en el resto del mundo, la mayor parte de los crímenes, sobre todo homicidios,
son perpetrados por hombres jóvenes de entre 18 y 24 años de edad. Los factores
de riesgo, para lo que llaman “criminalidad juvenil”, se encuentran las altas
tasas de desempleo que conducen a una falta de oportunidades económicas y
sociales y no depende únicamente de que los jóvenes quieran ser violentos entre
sí. Resulta necesario plantear también la exclusión del sistema educativo. A
muchos jóvenes se les cierran las puertas de la educación media superior o
superior. Según la UNICEF, en 2008 casi 3 millones de adolescentes de entre 12
y 17 años no asistían a la escuela. Las razones son variadas pero por lo
general la ausencia escolar se relaciona con la falta de recursos económicos de
la familia y la falta de inversión del Estado en más y mejores planteles
educativos que ofrezcan gratuitamente mayor cobertura y aun cuando los jóvenes
de estos sectores acceden al nivel superior, sus limitaciones culturales para
la vida académica generan un pronto abandono de los estudios o un tránsito
deficiente por él.
Los
jóvenes de hogares de bajos recursos son los principales excluidos. Cada vez
más jóvenes no estudian, no trabajan, quedan fuera de la sociedad formal y se
refugian en las estructuras "no visibles" de la pobreza, la
delincuencia o la marginalidad. Ante esta situación, la sociedad insiste en
llamarlos de modo peyorativo como “delincuentes” como si esa condición fuera
sólo responsabilidad del joven y el Estado, y que la sociedad que lo excluye no
tuviese nada que ver.
Pues
claramente aquí nos vemos enfrentados a una evidente falta de reconocimiento,
despojándose a los jóvenes del valor, ya sea humano o monetario. Se les juzga
por la falta de oportunidades que nosotros mismos, como sociedad, les negamos.
Nos damos vueltas en prejuicios tildándolos de delincuentes y enjuiciandolos
porque sólo su apariencia y sus orígenes parecieran indicar que ellos son los
autores de cuánto crimen y falta se cometa.
Una
de las variables que más juega en la actualidad en lo que es la exclusión del
trabajo para la juventud de escasos recursos es la educación, puesto que ahora
se exige una mano de obra más calificada en una sociedad en desarrollo. Aquí
entra en juego el factor económico, ya que no se tienen los recursos para poder
acceder a una educación de mayor calidad y poder acceder a un mundo laboral más
calificado. La discriminación va vinculada con el concepto de igualdad, por lo
que se generan instancias en que se descalifica e inferioriza a un sector de la
población que tiene carencia de bienes materiales y con poco poder de
adquisición, o por tener determinado trabajo y/o educación. Al no alcanzar las
metas propuestas por la sociedad, aparece la anomia manifestándose en
violencia, robos, asaltos, etc., que la comunidad condena tajantemente,
criminalizando a los sectores más populares y que es reforzada por los medios
de comunicación. Con lo anterior aparece la inseguridad y temor social,
transformándose en una preocupación colectiva.
Teoría de la dependencia.
La teoría de la dependencia
surgió en América Latina en los años 60 y 70 pero sus bases surgieron en los
años 50, ésta teoría intenta explicar la pobreza y el subdesarrollo en Latino América,
considerando las formas que adquiere el sistema capitalista mundial luego de la
posguerra.
Se define el concepto dependencia
como la relación de subordinación de naciones independientes por medio de las
relaciones de producción, convirtiéndose así en países que aseguran la reproducción
del capitalismo y el enriquecimiento de los países desarrollados en américa
latina (Argentina, Brasil, México)
En esta teoría se establecen
diferencias entre países ricos y pobres, utilizando conceptos como:
centro-periferia, para referirse a la relación existente entre los países desarrollados
y subdesarrollados, este término ha sido exitoso para referirse a las
desigualdades socioeconómicas y su desigual distribución espacial, hablando en
este sentido de países centrales y países periféricos. Cabe destacar igualmente
que con la noción centro-periferia se describe un orden socioeconómico mundial
integrado por un centro industrial y hegemónico, que establece transacciones económicas
desiguales con una periferia económica y subordinada.
Para esta teoría se puede
identificar varias etapas en la historia de Latino América en términos de las
relaciones de producción dominantes en las sociedades y la producción de la
pobreza. Por ejemplo, Cardoso y Faletto (1969) identifica las plantaciones y la
minería con la servidumbre o la esclavitud. Así la estructura de tenencia de la
tierra explica la extensa pobreza rural que caracterizó a algunos países dependientes en los siglos XIX
y XX.
Como posible solución ante este
panorama, se propone disminuir esta dependencia con una mayor intervención del
Estado en la economía, estableciendo nuevas funciones para los bancos y/o industrialización
y modernización, por medio de la Sustitución de importaciones (o ISI, que
consiste en dar más subsidios para la producción de materias primas y
sustitutos; un mayor proteccionismo, es decir, elevar los aranceles de importación
así creando una mayor barrera al libre comercio).
Como reflexión y crítica a la
teoría es que se menciona solamente la relación de producción entre países “céntricos
y periféricos” en los que se genera desigualdades, pero no se menciona la gestión
interna que existe en éstos países, ya que éstos también son actores en cuanto
a la pobreza y desigualdad que existe dentro de una nación.
Para
concluir podemos decir que el problema de la delincuencia juvenil en nuestro
país, no debe ser observado de manera superficial. Esta problemática debe ser
estudiada cuidadosamente, y considerando también los factores secundarios o que
están a la base de estas conductas. Debemos considerar que el enorme incremento
en las estadísticas y porcentajes de crecimiento de la delincuencia juvenil en
Chile, es el resultados de problemas sociales mucho mayores. Por ejemplo: la
pobreza, la desigualdad, la notable diferencia en cuanto a el nivel de educación
a la que cada estrato social puede aspirar, y las posibilidades de trabajo
entre algunas, son entre tantas situaciones que podrían provocar que un joven
decida por el camino delictivo.
Por otra parte también es importante considerar y reflexionar, de qué manera se podría cambiar esta situación que en la actualidad vivimos como nación, no solo por terminar con la delincuencia juvenil, sino además para poder guiar por un buen camino a los jóvenes expuestos a estas realidades
Por otra parte también es importante considerar y reflexionar, de qué manera se podría cambiar esta situación que en la actualidad vivimos como nación, no solo por terminar con la delincuencia juvenil, sino además para poder guiar por un buen camino a los jóvenes expuestos a estas realidades